sábado, 7 de abril de 2012


Una de nuestras últimas tardes, tu sonrisa calmada tras un mar de lágrimas. Tú también lo recuerdas: éramos espíritus rebeldes, almas incontrolables, imposibles de hacer entrar en razón. Almas rudas. Tan solo querías volver a la tarde en la que empezó todo, ya apenas la recuerdas. Pero el último capítulo de nuestro pasado ya estaba escrito, lo sabes. Nuestra última confidencia ya fue compartida, la guardas pero la has olvidado. Tu voz siempre seguirá animándome desde dentro. Es sorprendente, supongo. Al fin y al cabo, han pasado demasiados años. Aún resuena tu voz en mi mente; aún siento lo que escribes. No olvido, intentas aparentar que has olvidado. Sólo podremos ser sinceros cuando dejemos de engañarnos a nosotros mismos. Nos cuesta recordar, ese es el problema. Y seguimos siendo unas almas rudas que en ocasiones prefieren fingir haber olvidado. Han pasado demasiados años, pero seguimos siendo los mismos. El día en el que nos volvamos a ver, lo demostraremos.

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