lunes, 10 de mayo de 2010

Cosas


"Diríase que patocuack es quiquiriquí, pero estaríamos equivoquidos, en la vertiente de helado"
En un castillo nublado de helado de libertad vivía un elefante que hacia el pino puente sobre una luz invisible solo iluminada por la luz de los culos de varias luciernagas fénix, que por cierto estan de huelga debido a las malas condiciones de trabajo, cuyos padres fueron los primeros colonos en llegar a las amapolas al otro lado del bosque de agua rojiza creado por el elefante y su amigo el reloj que podia dar diez volteretas en 20 Newton/metro, pero que no podia volar al derecho debido a una rotura de premolares, por lo que tiene quue hacerlo nadando en el cielo del teclado y olvidando los cauchos causticos del ayer empobrecido por el mañana.

-¿Cómo hemos llagado hasta aquí?¿Como podremos salir? ¿El cielo se invertira para hacernos reir? ¿La tarde anochece a la vez que un diccionario nos limita? ¿Podremos dejar de salir?
-No lo se, querido elefante, no puedo ver el pasado que vendrá. No puedo ver, no puedo oir mas lo que tu dices en tus mayusculos vuelos, empañados por la niebla.
-No entiendo como puede el cielo estar tan bajo, como las nubes tan altas y el mar tan cerca de caer. Como pueden los libros contener las latas de refresco y los colores verse al revés desde donde estas, querido reloj.

El elefante dejo el castillo, el castillo dejó al reloj y el reloj dejo a las luciernagas sin su luz. El mundo volvió y vio amanecer, todo se escapó hacia donde no pude alcanzarlo y volví a las cadenas al acolchamiento de la normalidad y a las medicinas de anteayer. ¿Volverá el elefante? ¿Lo veré volar y nadar y soplar y escribir y contar y escuchar? Ya vienen, pero tienen las orejas pequeñas.
Copio y pego de: No soy feo, soy abstracto