domingo, 6 de octubre de 2013

Qué lento se vuelve el tiempo cuando juega con tu nombre.

Qué lento se vuelve el tiempo cuando juega con tu nombre.
Encontrar una mirada tuya en el pliegue de mi almohada puede suponer una pequeña eternidad mientras la sopeso entre mis manos.
La oscuridad es el testigo de aquello que no quiero olvidar.
Arrastrando mis palabras por los rincones encuentro uno de nuestros olvidados besos, que juguetón me envuelve, me invade y se funde en mis labios con el deseo de revivir. Su sabor me recuerda al sabor de la vida al único sentido de todo que solo puedo encontrar en tu boca.
Desfallezco en la nada y encuentro las cosquillas de tus manos, la vida que de ellas emergen. Con sus maniobras hacen castillos artificiales en el aire dibujando el olor de tu cuerpo.
Me lanzo a vivirlo, te respiro hondo, te aspiro, te aprehendo, te ansío, te  asgo, te adoro, te venero…
Me abrazo fuerte a todo ello que no dejo escapar para que no se convierta en un simple recuerdo. Prefiero un oscuro presente que un posible olvido.
Mi mente es tu nombre, mi piel es tu aroma, mi carne tus besos y mi presente tu cuerpo.
Amante del tiempo, amante en el tiempo, eres Amor que el amor en sí representa, todo amor está en ti mismo.
Qué lento se vuelve el tiempo cuando juega con tu nombre.


Herr Hofmy.

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