lunes, 5 de diciembre de 2011

Hoy podría ser tu última oportunidad, no hay tiempo que perder. Desde que te conocí, solo he deseado una cosa: Que seas feliz y no llores más. Como la primera vez que nos encontramos, sonriendo brillantemente.
Cuando pase mañana, es posible que no vuelvas a sonreir. Y eso me asusta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario