domingo, 22 de septiembre de 2013

Infección.

Estoy cansado de este mundo, sus incomprensibles gobernantes, su forma de despreciar los grandes talentos, la manera en la que se desperdician los recursos, las fórmulas que dirigen a las masas, su precipitado caos informativo, su todavía más precipitado ritmo de cambio, la idealización de los menos aptos como modelos, de inalcanzables metas y pesadas aglomeraciones en autopistas, centros comerciales… Es como si todo hubiera sido cortado por el mismo patrón, como si la única elección que nos quedara estuviese en la ropa que no queremos vestir, la comida que no queremos comer, las personas con las que no queremos estar o los lugares que no queremos visitar… Este proceso es más cercano a un suicidio en masa que a un progreso ya olvidado, aunque parece no importar a nadie mientras sigamos teniendo absurdos avances tecnológicos o científicos, que abren las puertas al desprecio de las emociones, a la desidia y a una terrorífica miseria interior.
Ciudadanos de este negro planeta, bienvenidos a la era más vacía de cuantas nos han precedido, a la época de la muerte individual, de los valores, de la cultura y lo más fatídico aun, de la libertad… Mientras tanto sigan en su silla de oficina, en una cadena de montaje insufrible, estudiando entre muros ciegos donde la lucidez es tan artificial como lo aprendido entre estos o en el sofá de sus casas abducidos por la programación televisiva más aturdidora que pongan. Sufran con gusto la domesticación de la forma más adaptativa que encuentren ¡No sean insurrectos o serán odiados! Sigan tragando, buscando la manera de no-ser que más se les antoje porque, es tan evidente que podemos elegir...
Yo elijo escupir esta mierda que no sirve para nada igual que tu estúpida y cómoda actitud, podría elegir otras cosas si no fuera por su condición ilegal en este mundo de fronteras y desigualdades que importan tan poco como el rumbo que nos conduce cada día hacia la nada más absoluta. Tachadme de enfermo mental si eso os satisface, etiquetadme sin pudor que yo desde el otro lado diré que los locos son todos ustedes y seguiré con mi extravagante camino adireccional. ¡QUE OS FOLLEN!


P.Dubois. 

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