No lo he escrito hasta ahora, pero el otro día mi Némesis dejó de sonar. Mi primera guitarra, de la mano de quien era mi música. Ella me ha acompañado desde que ni sabía pisar las cuerdas, mis primeras canciones y mis primeros ensayos. No sé ni cómo ha pasado, fue sin avisar.
Siento que me he quedado muda, sorda y ciega, sin tacto ni gusto.
Somos música resquebrajada. Ella y yo, que yo soy ella.
Némesis ya forma parte de mi, mi historia va con su madera.
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