miércoles, 30 de mayo de 2012

Asfalto y Olvido




No sabía muy bien porqué había decidido irme tan lejos. Quizá para olvidarme de todo, o quizá para no tener que dar ninguna explicación. La carretera se me hacía infinita, me mareaba. Eso y el ruido de las maletas golpeando en el maletero.
Por mucho que avanzase ella seguía en mi mente, agitando mis recuerdos, azotando mi corazón. No entendía cómo podía haber hecho aquello y, ahora, apunto de anochecer me hallaba rumbo a ninguna parte.
En mi pecho rugía el motor y en mi mirada sólo asfalto. Ni luna, ni estrellas, ni árboles. Asfalto y vacío. Asfalto y olvido.
Como en una ensoñación, recorría lugares que pasaban ante mis ojos, fugaces como una estrella. Cada vez aceleraba más, cada vez temblaba más, cada vez era más excitante. Me revolví intranquilo y me encontré sólo, tirado en el arcén, sangrando y contemplando el rosado cielo mientras mi cuerpo buscaba a su, ya muerta, alma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario